jueves, 17 de febrero de 2011

Había una vez la Tierra. Y había una vez Marte. Estaban muy lejos el uno del otro, en medio del cielo, y alrededor había millones de planetas y galaxias. Los hombres que habitaban en la Tierra querían llegar a Marte y a los otros planetas. ¡Pero estaban tan lejos!.
De todos modos se pusieron a trabajar. Primero lanzaron satélites que giraban dos días alrededor de la Tierra y luego regresaban.
Después lanzaron cohetes que daban vueltas alrededor de la Tierra, pero en vez de regresar, al final huían de la acción terrestre y partían hacia el espacio infinito.
Al principio en los cohetes pusieron perros, pero los perros no sabían hablar y a través de la radio transmitían sólo "guau-guau", y los hombres no podían entender qué habían visto, ni adónde habían llegado. Al final encontraron hombres valientes, que quisieron ser cosmonautas.
El cosmonauta se llamaba así porque partía para explorar el cosmos: es decir, el espacio infinito, con los planetas, las galaxias y todo lo que nos rodea. Los cosmonautas al partir ignoraban si podrían regresar.
Querían conquistar las estrellas, para que un día todos pudiesen viajar de un planeta a otro, porque la Tierra se había vuelto demasiado estrecha y la cantidad de hombres crecían de día en día.
Un buen día partieron de la Tierra, desde tres puntos distintos, tres cohetes. En el primero iba un norteamericano, que silbaba muy alegre un motivo de jazz. En el segundo iba un ruso, que cantaba con voz profunda "Volga, Volga". En el tercero iba un negro que sonreía feliz, con dientes muy blancos en su cara negra.
En efecto, por aquellos tiempos los habitantes del África, finalmente libres, se habían demostrado tan hábiles como los blancos para construir ciudades, máquinas y -naturalmente- cosmonautas. Los tres querían llegar primero a Marte para demostrar quién era el mejor.
El norteamericano no quería al ruso y el ruso no quería al norteamericano; y todo porque el norteamericano para decir buen día decía "good morning” y el ruso decía "ZPABCTBYUTGE". Por eso no se comprendían y se creían distintos.
Los dos, además, no querían al negro porque tenía un color diferente. Por eso no se comprendían y se creían distintos .por eso no comprendían. Como los crecerán muy valientes llegaron a Marte casi al mismo tiempo.
Llego la noche , habían entorno de ellos un extraño silencio y la tierra brillaba en la tierra como si fuera una estrella lejana.
Los cosmonautas se sentían tristes y perdidos y el norteamericano en la oscuridad llamó a la mamá. Dijo "Mamie"...Y el ruso dijo: "Mama"... Y el negro dijo: "Mbamba".
Pero enseguida comprendieron que estaban diciendo lo mismo y que tenían los mismos sentimientos. Fue así que se sonrieron, se acercaron y cada uno cantó canciones de su país. Entonces se armaron de coraje y mientras esperaban el amanecer aprendieron a conocerse. Por fin se hizo de día, hacía mucho frío. De repente, de un grupito de árboles salió un marciano. ¡Era realmente horrible verlo! Era todo verde, tenía dos antenas en lugar de orejas, una trompa y seis brazos. Los miró y dijo: ¡GRRR! En su idioma eso quería decir: "¡Madre mía! ¿quiénes son esos seres tan horribles?!". Pero los terrestres no lo comprendían y creyeron que su grito era un rugido de guerra. Fue así como decidieron matarlo con sus desintegradotes atómicos.

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